Portales, ventanas y zaguanes.

Zaguanes y arcos de medio punto.
Encaminándose desde la Catedral hacia el Oeste por la ladera propiamente dicha de la colina se llega a la parte más antigua de la ciudad de Eivissa. Aquí las casas aparecen menos aglomeradas, y aunque pequeñas, resultan más espaciosas que las del resto de la villa. Están cubiertas de tejas y suelen poseer un zaguán iluminado tan sólo por la luz que alcanza a penetrar en él a través de la puerta de entrada, la cual aparece las más de las veces configurada como arco de medio punto. Desde dicho zaguán, una angosta escalera con barandilla generalmente de madera asciende a lo largo de la pared hasta el segundo piso.
Archiduque Luís Salvador. Las antiguas Pitiusas. La ciudad de Ibiza. 1869
Una calle vieja.
Zaguanes hondos, de guijas o enlosados, con alguna pilastra central que recibe dos arcos. Casas de piezas a distintos niveles, con techos antiquísimos: bóvedas de medio cañón; chullados que anchas jácenas cruzan y sostienen. Algún dintel blasonado. Las familias más antiguas de la isla moraron en aquellas calles.
Enrique Fajarnés Cardona. Lo que Ibiza me inspiró.
Si estás buscando una escapada de la bulliciosa vida nocturna de Ibiza, las calles tranquilas de Dalt Vila son el lugar perfecto para relajarte y disfrutar de un ambiente más sereno. Pasear por estas calles te permite sumergirte en la esencia de la isla, descubriendo rincones encantadores y admirando la arquitectura única que ha resistido el paso del tiempo.